EL MAR NO VOLVIO A VERLO


Todo lo intentó y nada logró.
Todo lo deseó y nada obtuvo.
Más mientras vivió,
Todo lo intentó y todo lo deseó.

JOSE LUIS



José Luis Gómez Martínez merece de mi parte un reconocimiento, no sólo por los lazos de hermandad que nos unían, sino también por la amistad surgida desde la muerte de papá, como una de esas curvas que ascienden y se enredan, y que últimamente se convertía en la senda de una confianza y seguridad mutuas, que al subir como un puño creció hasta partir al cielo.

Lo recuerdo todavía de niño. Su figura rechonchita deambulaba traveseando por la casa, preocupado por la sinrazón de un juguete de cuerda, por el inquietante pestañeo de los luceros, por el imán que ejercían en él los bosques de los paseos dominicales, o por la hipnosis de una concha aplicada al oído, para informarle de un sonido que desde entonces fue la voz del mar que lo llamaba.

Por entonces era "El Gordo", como volvería a serlo ahora en las tierras donde dejó la vida; el niño feliz que hundía sus zapatos en los charcos queriendo pescar el sol o el reflejo plateado de una estrella; el que se extraviaba en la selva de maderos del aserrío de enfrente, planeando el encuentro con unos espadachines que no éramos sino algún amigo y yo, portando un bocel de madera que se partía al primer golpe; y el precoz a quien las niñitas llamaban para comprobar la simpatía de su rostro, y preguntarle o que respondieran sobre algún juego de novios prematuros.

La muerte de papá hace tantos años suspendería la risa, y demostraría con el tiempo que ahora ella y el optimismo avanzaban arrastrando un lastre de duración desconocida. El contacto con el mundo nos situó en otra realidad antes ajena, y entonces José Luis, -más que todos- se enfundó en una sensibilidad transcrita escasamente en las trazas de algún verso o de algún escrito, adherida a su ser como una roncha que lo hacía sufrir por el hambre del Africa; por la desfachatez de una amenaza nuclear o de una guerra opuesta al sentimiento generalizado de los hombres; por la incomprensión surgida ante unos horarios que nos atan y exprimen mientras vamos dejando la vida en aras de las obligaciones; por la organización de una sociedad capaz de producir la angustia del mendigo o la desolación de quien rodeado de brillo ve apagarse su vida entre el vacío de las comodidades; y por la meta signada en el cajón que desciende por la tierra, como respuesta evidente a todos los años de esfuerzos y de búsqueda.


Y su voz que no fue pública, ni ocupó en ningún momento la mirada de los comunicadores, se enredó noches enteras en el corazón de sus amigos, y selló con sus palabras la incongruencia de algún duelo o la amargura de un desconocido, que no encontraba el camino de regreso a la comprensión de su familia. Pero él, José Luis, se resquebrajaba por dentro como en la cámara lenta de un espejo que se rompe, y asistía a su destino con la determinación y seguridad con que marchan los suicidas.

Un día, abandonó su tierra y caminó morral a cuestas el país atravesado hasta encontrarse de pronto entre olas, navegando en el Atlántico, trepado entre las velas de un lento navío, llevando el timón de un barco pesquero que lo adentraba en el mar, en sus noches y sus días, en su sol y su oleaje, en su voz y su misterio, hasta brindarle la calma que en tierra no encontraba. Pero regresó, y buscando la espiral de nuestras vidas se asió a su cabo y me encontró de nuevo.

La aventura de un trabajo en tierras para él desconocidas lo colocó conmigo entre peñascos agrestes, en el borde de inconmensurables precipicios, ante el chorro inmaculado de las quebradas que acuden al llamado del Bajo Patía, entre la incomprensión, envidia y egoísmo de las gentes en las que pensábamos, y a las que ahora debíamos servir.

Y otra vez lo golpeó la maledicencia. Los deberes exigían; el trabajo nos asaltó incluso en la noche tratando de cumplir con lo pactado y sellar con eficacia las airadas voces de los calumniadores; la necesidad obligaba a marchar por Cumbitara y Policarpa asidos al hilo de su única vía, a sus peñas de miedo, y al deseo en él renovado de cuidar la vida para caminar juntos por un horizonte que empezaba a abrirse.

Y ya culminábamos. Tejíamos las últimas luchas e incomodidades para entregar a un pueblo y a mis contratantes la realidad palpable del esfuerzo, cuando tomó el timón de la camioneta que le había encargado. Nos consolaba la certeza del último viaje con este sistema. El cansancio y la ingratitud presionaban la búsqueda de otro tipo de movilidad difícilmente dado en el medio.


Creo que por un momento debió sentirse desolado. Que la noche con su silencio cómplice en esos parajes deshabitados, era el mar al que deseaba volver cuando el trabajo terminara. Entonces, con la eventualidad de una falla mecánica y de la burla y rusticidad de una trocha que pretende llamarse camino, se zambulló hasta el fondo como en las charcas cuando era niño, para indagar dónde habían quedado sus juguetes, su paz, la risa, la esperanza de años mejores, las notas de los cantos que antes entonábamos, y el reflejo en las aguas de sus insondables y solitarios luceros.

Ahora, sólo me queda grabar a su memoria, el epitafio que una vez me recomendó…


Comentarios

  1. José Luis, haces una descripción única de su ser. A lo mejor, él, si ve hacia el mar todos los días desde su eterno estar. Un abrazo querido Héctor, me encanta esa sensibilidad con que recuerdas a tu hermano.

    ROSA ELENA BASTIDAS BARCENAS

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  2. Eve Monica Marzetti: Excelente, gracias.

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  3. Excelente, felicitaciones, gracias por su obra, saludos Hector Arturo-

    Eve Monica Marzetti

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  4. Muy bello tiene un fondo y forma literaria perfectos

    Ruben Rodriguez

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  5. Me encantó. .!!! Excelente

    Ana Calpa

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  6. José Luis......un Ángel del cielo que llevamos en nuestro corazón.....hermoso escrito honrando su memoria......

    Mónica Patricia Gómez

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Muchas gracias a todos por mantener vivo el recuerdo y solidarizarse con la emotividad de estas palabras. Un abrazo

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  8. Que bonito!!...en ese infinito azul tu bellisimo hermano estara feliz de tan hermoso mensaje. Un abrazo!

    Rubiela Mamian Guzman

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  9. Héctor con mucho cariño te envío un fuerte y fraternal abrazo, amigo

    FERNANDO MONCAYO SANTANDER

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  10. Saludos Hector Arturo.

    Muchas gracias por compartir tu s escritos.

    Abrazos para la familia toda.

    Ricardo Torres Gavela

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  11. Querido Héctor. Me parece tan tierno y emotivo este escrito hecho desde el fondo del corazón. Ten la seguridad que tu hermano te ha escuchado, pues los que se nos adelantaron solo trascendieron y siempre estarán con nosotros ya que no morirán mientras los tengamos en nuestros corazones. Sólo se nos adelantaron para abrrinos el camino.

    CARY CASTELLANOS DE RIOS

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  12. TENGO BELLOS RECUERDOS DE MI AMIGO DE PRIMARIA,UN JOSE LUIS ALEGRE,COMPARTIMOS MOMENTOS DE INFANCIA INOLVIDABLES,UN ABRAZO A MI AMIGO EN LA ETERNIDAD.

    Pablo Narvaez Moreno

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  13. Gracias Arturo por conservar la memoria de José Luis a quien tanto quise. Puedo decir ahora que han pasado los años que él fue y será el amor de mi vida. Un abrazo

    PILAR ARCOS SANTACRUZ

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  14. Un abrazo fraterno Hector con la convicción de que tu hermano disfruta de las mieses de la gloria eterna .

    Jorge Leyton Parra

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  15. Héctor Arturo, el dolor que nos produce la partida anticipada de nuestros seres más amados sólo es compensada con la certeza de saber que están mejor.
    Los designios de Dios son la esperanza que nos debe sostener en este bien llamado Valle de lágrimas. 🙏🙏🙏

    Rubiel Chingual Vargas

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  16. Héctor ,sintiéndolo mucho Q.D.E.P.🙏

    Óscar Chaves Rubio

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  17. Muy buen dia solo hay alguien que le puede quitar esa angustia y de hecho ya lo hizo dice no os acordeis de las cosas pasadas y el abrira camino en el desierto y rios en la soledad y lo ama con amor eterno su Nombre es Jesucristo quiere conocerle y caminar con El.

    Valentina Vallejo

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  18. Los recuerdos aveces agobian, otros agradan, aquellos entristecen, otros alegran. En días pasados hablé momentáneamente con un hermano del Pepe que conocí guagua, y los recuerdos fluyeron, y me dije: cómo pasa la vida, cómo corre más que uno, como avanza sin que podamos detener su paso, y ante ello solo podemos interponer los recuerdos, las risas, los momentos agradables de vida, la vida misma.

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  19. Hector Arturo, ni el tiempo ni nada, borran los lazos de amor y afecto de los seres con quien convivimos nuestra vida, y que mejor que compartirlos con tus expresiones que afloran y reflejan estos sentimientos, contigo en estosmomentos de recuerdos y nostalgias, un abrazo especial

    JAIRO ORDOÑEZ OSEJO

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  20. Hermosas letras @⁨HEGOMAR⁩ te acompañamos en tu sentimiento, un fuerte abrazo de todo nuestro Centro de Pensamiento Libre

    CARLOS LAGOS

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  21. Hermosas y sinceras letras Héctor. Gracias por compartirlas con todos nosotros en este espacio. Definitivamente algunos acontecimientos nos han ayudado a ver la vida de manera distinta, "ya no duelen de la misma forma", el observador y la gestión de las emociones ya no es la misma.

    JORGE NAVARRO

    CENTRO PENSAMIENTO LIBRE

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  22. Hermanito mayor. Imposible olvidar ese trágico cuatro de mayo. Cada uno de nosotros lo hacemos a nuestra manera. Cómo siempre, excelente tu escrito. Un abrazo.

    SANDRA GOMEZ MARTINEZ

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  23. Esto es triste. Un especial saludo

    Hernando Pérez López

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  24. Hermoso sentimiento mi amigo... sabes el espacio ganado en nuestros corazones... resultado de lo que eres... algo similar me paso con mi hermano del alma, por ello te entiendo total. Nuestro Diosito nos, acompañe siempre incluida la fortaleza. Abrazos con una noche de paz interior.

    CARLOS VICUÑA

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  25. HECTOR ARTURO: El aniversario realmente sentido nos hace memorar la partida de un ser a quien quisimos o amamos en vida 💛. Tu sentimiento es similar al mio y me hiciste acordar de la muerte inesperada de un hermano mucho menor que yo hace aproximadamente 10 meses. Un abrazo fraterno y solidario hacia tí.

    MARIO PAZ VILLOTA

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  26. Hector q hermoso escrito, repleto de amor y hermandad, mi abrazo solidario

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  27. Adhiero con similar sensibilidad la evocacion apenas necesaria para lavar, si asi se pudiere decir, con lagrimas de tinta plasmada en el papel blanco en espera que un poeta derrame sus sentimientos en recuerdo de quien ya abandonó este universo lleno de insensateces y desigualdades. Acaso de consuelo podria servir que, la infinitud y paz que provee la muerte, donde nada se necesita y todo sobra es superior a la vida misma que sin sentido muchas veces la defendemos.

    HEMER ACOSTA MADROÑERO
    👌👍👏👌👍

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    1. Hermosas palabras para concitar la serenidad y la reflexión solidaria en tu propia historia y sentimientos. Un fuerte abrazo querido amigo

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  28. Hector fue parte de tu vida y se marchó, pero siempre estará presente en tu corazón. Hermoso homenaje con ese excelente escrito

    Cecilia Caicedo

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    1. Muchas gracias por tus palabras en el corazón también perduran los recuerdos de quienes marcaron los pasos iniciales a través de los cuales empezamos a vivir y a enamorarnos de la vida. Un fuerte y afectuoso abrazo querida Cecilia

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  29. Hector q hermoso escrito, repleto de amor y hermandad, mi abrazo solidario

    ALEXANDER SUAREZ

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  30. Héctor excelente artículo lleno de mucho sentimiento

    José Rosero

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